Luis Gallardo. Presidente de World Happiness Foundation

La paz fundamental es una paz que se produce tanto en un individuo como en una sociedad en general, como una unificación de sus tres «pilares»: libertad, consciencia y felicidad. Como una mesa de tres patas, una persona no puede alcanzar el equilibrio y el funcionamiento positivo si incluso le falta una «pata». El dicho de «como dentro es fuera» lo explica perfectamente: es una de las verdades universales que el mundo exterior es un reflejo de nuestro mundo interior, y si nos sentimos atrapados, física, mental o espiritualmente, somos infelices, y por tanto no estamos en paz. Por tanto, si cada vez más personas experimentan este desequilibrio, el mundo también sufre.

Libertad + Consciencia + Felicidad

Todos nos esforzamos por vivir una vida más pacífica, de una forma u otra. La paz es la mayor felicidad, y al estar en equilibrio y armonía con nosotros mismos, podemos darle la bienvenida a nuestra vida. El equilibrio es un término que significa armonía total en todo lo que hacemos. Además, enfatiza un estado de bienestar tanto físico como psicológico. Todo está interconectado.

“Si bien tener una vida en paz puede significar algo diferente para cada uno de nosotros, el resultado es el mismo para todos.”

Si bien tener una vida en paz puede significar algo diferente para cada uno de nosotros, el resultado es el mismo: un cuerpo, una mente y un alma que están completamente sincronizados. Pero, ¿cómo llegamos a ese punto en el que estamos completamente en paz y equilibrados?

 

Equilibrio interior

Una vida pacífica y feliz depende en gran medida de nuestro equilibrio interior, esa conexión interior con nosotros mismos y la forma en que vivimos. Todo comienza con la pregunta de si estamos satisfechos con nuestra posición en este mundo. ¿Lo aceptamos? ¿Estamos haciendo lo que creemos que es correcto para nosotros? ¿Tenemos relaciones saludables y actividades de ocio atractivas? ¿Tenemos tiempo en nuestra apretada agenda diaria para el cuidado personal?

El equilibrio interior, en última instancia, la paz fundamental, no ocurre de la noche a la mañana. Es un trabajo en progreso. La consciencia, la atención plena y la libertad son cruciales. En un mundo donde tenemos responsabilidades y obligaciones que generalmente no nos permiten dejarlo todo y perseguir lo que nos apasiona, tenemos que esforzarnos activamente para lograr el equilibrio entre el trabajo y la diversión.

“El equilibrio requiere que seamos flexibles y nos adaptemos a la situación y al momento en lugar de fijarnos en nuestras expectativas.” 

Nuestro objetivo debe ser encontrar una manera de hacer las cosas que tenemos que hacer, sin quedar atrapados en ellas. Tenemos que equilibrar las obligaciones con las cosas que realmente disfrutamos. Por lo tanto, el equilibrio interior es un acto de compromiso entre nuestro corazón y nuestra mente. Una vez que equilibramos nuestros deseos y necesidades, podemos encontrar el verdadero equilibrio.

 

La vida es un acto de equilibrio

Entonces, ¿qué significa llevar una vida en paz y equilibrada? ¿Por qué parece un concepto difícil de alcanzar? Porque no es algo que se pueda lograr de una vez por todas; es algo que haces continuamente. Como dijo Albert Einstein, «La vida es como andar en bicicleta: para mantener el equilibrio, debes seguir moviéndote». No importa cuánto planeemos, las cosas pueden salirse de control. Los eventos inesperados pueden aparecer y aparecerán sin invitación. El equilibrio requiere que seamos flexibles y nos adaptemos a la situación y al momento en lugar de fijarnos en nuestras expectativas.

El equilibrio interior se trata menos de cómo usamos nuestro tiempo y más de disfrutar de lo que estamos haciendo aquí y ahora. Si nos sentimos desequilibrados, es sólo porque la mente no está donde está el cuerpo. Cuando disfrutas lo que estás haciendo en el momento de hacerlo, dejas de sentirte culpable por lo que no estás haciendo. El equilibrio está dentro de nosotros; es nuestra capacidad para mantenernos centrados en medio de lo que sea que esté sucediendo.

 

Estar en armonía contigo mismo

La armonía está profundamente conectada con el equilibrio de nuestra mente, cuerpo y alma. Es la fusión definitiva de felicidad, realización, plenitud, aceptación, satisfacción, consciencia y paz. Para estar en armonía contigo mismo, debes establecer un equilibrio interior. Para que esto suceda, debes sentirte bien y ser feliz.

Desafortunadamente, muchas personas piensan que para estar bien y felices, sus deseos deben cumplirse. Pero ese es el truco: primero debes ser feliz y solo entonces podrás trabajar para alcanzar tus metas y cumplir tus deseos. Otra cosa es que las personas no conocen sus verdaderos deseos y no persiguen objetivos más grandes porque no creen que puedan realizarlos. Todo esto conduce al desequilibrio y la falta de armonía.

No es necesario que logremos todos nuestros objetivos para estar en armonía con nosotros mismos. Es esencial que sepamos lo que queremos y que lo persigamos, utilizando toda nuestra libertad y consciencia de nuestras mejores capacidades.

 

Cultura de paz

Cuando llevamos la paz dentro de nosotros, podemos permanecer tranquilos, conscientes y felices en todo momento, independientemente de las circunstancias externas o de lo que la vida nos ofrezca en un momento dado. La idea de la paz fundamental, detrás de la cual está la esencia subyacente de mi concepto de Happytalism, une las fuerzas de la paz interior y exterior. Cualquier cosa en el mundo se puede transformar cuando nos transformamos a nosotros mismos.

El padre de los estudios sobre la paz, Johan Galtung, a menudo hacía una distinción entre la paz «negativa» y «positiva», donde el primer tipo no sería una negación de la paz, sino más bien una ausencia de violencia, donde la paz no se establece de forma permanente. Por otro lado, la paz positiva se llena de acciones positivas permanentes, como el restablecimiento de las relaciones, la creación de sistemas sociales justos que atiendan las necesidades de comunidades y poblaciones enteras, y la resolución constructiva de conflictos. Para ampliar esto, la paz se puede pensar como una suma de tres partes: paz interior, paz entre nosotros y paz entre todos.

“La paz no puede ser capturada, sino descubierta y cultivada desde adentro.”

Cuando tenemos paz interior, podemos trabajar para expandir esa energía a nuestras relaciones, o ‘paz entre varios’. A partir de ahí, como el objetivo más grande, podemos trabajar en la paz estructural y ambiental, que es ‘paz entre todos’. Comienza con uno, pero termina con todos. Mientras no se comprenda esta simple verdad, la gente, en general, perseguirá la paz centrándose en el mundo exterior y sus condiciones externas, para nunca adquirirla, ya que no puede ser capturada, sino descubierta y cultivada desde adentro. Solo entonces, la paz se puede experimentar a nivel mundial. Este es el corazón de la paz fundamental.

Desarrollar la paz fundamental es cultivar las cualidades mentales que la sustentan:

  1. Integridad: cuando vivimos y actuamos de acuerdo con nuestro corazón, sin lugar para la culpa o echar en cara.
  1. Espiritualidad: cuando cultivamos el desarrollo de nuestro yo interior a través de la autoreflexión, la conexión con la consciencia superior, la meditación y la contemplació
  1. Paz interior: cuando practicamos la atención plena, podemos desarrollar una mente equilibrada, tranquila y concentrada.
  1. Bienestar: cuando disfrutamos de cuidarnos.
  1. Sabiduría: darse cuenta de la verdadera naturaleza y fluidez de la vida y verla como equilibrio.
  1. Libertad: un estado mental en el que conquistamos nuestros miedos y asumimos la plena responsabilidad de nuestras acciones.

La vida es como un viaje, con altibajos, muchos giros y vueltas, carreras e imprevistos. Tener esperanza en la mejora de ti mismo y del mundo, expandir tu universo interior, estar al volante de tu consciencia y sentirte feliz son las claves para la paz fundamental. Así que déjame preguntarte, ¿estás satisfecho con el viaje de tu vida? Si no es así, es hora de cambiar de marcha y contemplar un camino más armonioso. Da un primer paso y marquemos la diferencia de la forma en que se supone que debe hacerse: juntos.